El universo cultural ha cambiado radicalmente en los últimos años. Cambiaron los hábitos, gustos, prácticas y rituales de consumo cultural, así como las sensibilidades, las experiencias y los mecanismos de distinción que anclaban algunas expresiones culturales a determinados patrones sociales. Se modificaron también las estructuras de producción cultural a partir de la tecnología y la desmaterialización de las formas de circulación de la cultura.