Terapia metabólica preventiva de los fenómenos de envejecimiento prematuro

Sabemos que el proceso de envejecimiento es continuo y asimétrico que empieza al nacer; para algunos incluso comienza antes del nacimiento. Su estudio, junto con el de sus fenómenos biológicos, nos permite asegurar un desarrollo psicofisiológico normal. Por ello, la biogerontología debe ser definida, en su más amplio sentido, como la ciencia del envejecimiento, ya que se ocupa del estudio de la biología de los fenómenos de envejecimiento a escala molecular, celular y tisular, es decir, atañe a todos los factores ocurridos durante el curso de la vida, que se exteriorizan tanto por la disminución de la capacidad funcional, como por las manifestaciones del deterioro somático y de la personalidad en su integridad. En síntesis, la biogerontología estudia los problemas relacionados con el cómo y el por qué envejecemos, con la salud de quien envejece y con la salud del ya envejecido. Su principal objetivo es abordar y abarcar todos los fenómenos relacionados con la senescencia normal. Es preventiva y constructiva; más que a prolongar la vida de los viejos, aspira a modificar las anomalías características del envejecimiento prematuro y a evitar los trastornos progresivos, que a veces son irreversibles. Es decir, aspira no sólo a añadir años a la vida, sino también a dar vida a esos años. De hecho, en la medida en que un organismo funciona le asegura al conjunto organizado un equilibrio tan indispensable como activo. El ser humano, como producto de una evolución superior de vida, es el único ser vivo que ha elevado el funcionamiento fisiológico al plano de lo psicofisiológico; es decir, sólo él tiene una interdependencia absoluta entre lo físico y lo psíquico, lo cual repercute en las funciones vitales del organismo y, por consiguiente, en un funcionamiento armónico. Por todo lo dicho, se infiere que la desigualdad en el envejecimiento es genética y adquirida. A manera de síntesis, se puede afirmar que las modificaciones psicológicas, fisiológicas, morfológicas y bioquímicas desencadenan los fenómenos de envejecimiento. Si se ve al envejecimiento como un camino por recorrer y a los años como el kilometraje recorrido, se diría, a la luz del conocimiento práctico, que no es lo mismo recorrer el camino teóricamente, que conocerlo recorriéndolo. Esta publicación es el fruto de ese camino recorrido. El título de la presente obra denota la base funcional de un organismo dinámico. En el vasto panorama de la vida su estudio tiene un significado mayor porque se dedica tanto a la búsqueda de salud y longevidad con calidad de vida, como a disponer de capacidad para gozar de su realización personal durante todo el curso del envejecimiento. Para ello debemos seguir con esta tarea, profundizando más el trabajo dentro de la encrucijada metabólica, que determina la vida y de la cual depende la salud; es ahí donde se deben profundizar los estudios de la ciencia del envejecimiento. Todos sabemos que el metabolismo intermediario es un proceso bioquímico muy complicado debido al número de reacciones químicas que en él se dan. Lo estudiado en este contexto representa sólo una pequeña fracción del total de las reacciones bioquímicas que se efectúan en el metabolismo general de un ser vivo. Se sugiere tener en cuenta los mecanismos encargados de regularizar los distintos procesos orgánicos, especialmente los de integración, regulación y defensas bioquímicas del metabolismo celular, puesto que el metabolismo óptimo o deficiente de un organismo está determinado por el control de sus vías metabólicas y por la eficacia con que responden a los estímulos que reciben. Con esto se pretende mantener un equilibrio funcional y armónico de los distintos órganos que constituyen los diferentes aparatos y sistemas que conforman el organismo como unidad funcional.