El ABC de la vía aérea difícil 2017

El manejo de la vía aérea adquiere en la anestesiología una importancia trascendental desde el momento en que se reconoce que la integridad de ésta es fundamental para el mantenimiento de la vida. La oxigenación por medio del intercambio gaseoso mantiene la actividad intrínseca de todas las células de nuestro organismo. La responsabilidad fundamental del anestesiólogo es, precisamente, mantener ese adecuado intercambio. Para ello la vía aérea debe mantenerse continuamente permeable. Cualquier falla, omisión o deterioro por más de unos minutos puede resultar en daño cerebral o muerte. Más de 85% de los casos de mala práctica están relacionados con eventos respiratorios, y de ellos 30% de las muertes atribuidas a la anestesia han sido como consecuencia de un manejo inapropiado de la vía aérea. En 1990 la Sociedad Americana de Anestesiología (ASA) inició el proyecto que analiza las causas más frecuentes de contingencias y demandas en la práctica de la anestesia, llamado Closed–Claims Project, y es a partir de entonces y hasta la actualidad que los eventos respiratorios constituyen la fuente más importante de demandas por sus altas tasas de morbimortalidad. De ellas más de la mitad son debidas a ventilación inadecuada (38%) y a intubación difícil (17%). En cualquier paciente, niño o adulto, cuanto mayor sea el grado de dificultad para mantener la vía aérea permeable mayor será el riesgo de daño cerebral o muerte. Cualquiera que sea el nivel de experiencia clínica y destreza o habilidad, el consenso aceptado entre los anestesiólogos a nivel mundial es que el manejo del paciente que tiene una vía aérea difícil representa el reto más importante al que se enfrentan en el diario ejercicio de la especialidad. La laringoscopia directa en situaciones difíciles ha sido, de facto, nuestra primera elección; sin embargo, situaciones tales como una visualización difícil o imposible de las estructuras laríngeas que permita colocar adecuadamente un tubo traqueal, sin añadir mayor trauma o riesgo, debe ser del conocimiento de todos los involucrados en la práctica de la especialidad. Avances muy significativos han ocurrido en el conocimiento y en la sistematización del manejo de la vía aérea; mantener un orden riguroso en la ejecución de los diversos algoritmos propuestos ha contribuido a evitar complicaciones trágicas y, por ende, a alcanzar el éxito. El libro que nos ocupa en esta ocasión trasciende por su importancia al presentar una versión actual de los conocimientos que se han adquirido hasta este momento. Trasciende por su importancia y aplicación interdisciplinaria, pues es también una guía útil para el especialista en urgencias, trauma, terapia intensiva y medicina crítica, enfermería y muchas otras más. Presenta un panorama completo que cubre todos los conocimientos básicos, desde la anatomía, la valoración obligada de la vía aérea, todas las técnicas con las que contamos para el manejo de una vía aérea difícil, sea anticipada o no, cómo resolver las situaciones difíciles que se presentan en el paciente común y corriente, en el obeso, el paciente con trauma, el quemado o la mujer embarazada, así como en el niño en las diferentes edades pediátricas. Igualmente, los avances tecnológicos que han ocurrido en las tres últimas décadas, tales como las mascarillas laríngeas y toda la gran variedad de supraglóticos y estiletes, el fibrobroncoscopio, los videolaringoscopios, el ultrasonido como guía, el carro con todos los implementos necesarios para el manejo de una vía aérea difícil, los protocolos de extubación y hasta la importancia de la simulación en la enseñanza del manejo de esta importante y difícil situación ante la cual debemos enfrentarnos.