Tiro de gracia (o ya nada queda por traicionar) es acción y sentencia fidedignos de nuestros tiempos: tiempo de cierta glorificación a la violencia como si en ésta y sólo en ésta radicara la esencia de la inteligencia del ser humano y su transcurso por la tierra. La primera persona del poema, por supuesto, no es el autor, es el yo universal merodeando en lo cruento y desgarrador de batallas sangrientas y emboscadas.