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Intimidades. / Intimacies.

$ 182 MXN


Autor: Osorio, Odeth
ISBN: 9781950474721
Edición: 1
Sello: Nueva York Poetry Press
Colección: Tránsito de fuego
Código: 9781950474721
Editorial: Nueva York Poetry Press

Si “el cuerpo es material. Es denso. Es impenetrable. Si se lo penetra, se lo disloca, se lo agujerea, se lo desgarra”, como ha dicho Jean-Luc Nancy, Odeth Osorio Orduña, en Intimidades. Testamento cantado tranquilamente a la sombra, articula una voz lírica que comunica la desazón desde esta agudeza que, paradójicamente, es el medio para la conservación de la vida. A manera de una crónica testimonial, este libro de la autora poblana nacida en 1988, traslada el lenguaje clínico a la lírica y se inserta en la tradición del binomio poesía y enfermedad, junto a grandes paradigmas mexicanos, como es el caso de Operación al cuerpo enfermo, de Sergio Loo, Poesida, de Abigael Bohórquez, y Canto al cáncer, de Alejandro Aura, por mencionar sólo una terna relevante. En su ópera prima, Osorio Orduña sorprende con variados discursos que van de la lamentación a la meditación, de la súplica a la alabanza y de la evocación a la reconvención. Con inteligencia, el texto descoloca al lector que espera una elegía absoluta frente al padecimiento del carcinoma cervical y del doloroso proceso para contrarrestarlo, porque la disertación en esta obra, ganadora del III Premio Nacional de Poesía Germán List Arzubide 2019, es fundamentalmente una introspección cíclica en la que predominan los indicios de conocimiento, más que el planto de la carne. De este modo, la poeta nos recuerda que el lenguaje poético puede conducir a una propuesta epistémica de valor actual para las subjetividades precarias, dentro de la colectividad. Como todo gran libro, este poemario presenta una transformación trascendente a partir del drama, porque la voz que busca el sol y las calles, al estar sumergida en los estragos de la quimioterapia (“el sol ya no llega a las paredes de mi casa”), no es la misma voz que se sabe diferente y acepta cualquier posibilidad (“volví a levantarme / encendí la luz / porque la habitación estaba oscura”). De esta evolución viene el hermoso título, porque, ya en calma, después del conocimiento adquirido, la voz poética de la mujer que ha logrado “expulsar al invasor”, puede sentarse a la sombra, tranquilamente, para cantar su testamento: la intimidad, el nadir del cuerpo, como raíz de dolor, de donde surge la poesía como un árbol ocupado por paserios.