Ciudad interior ve los instantes de las flores vivas en el asfalto, capta el leve movimiento de las sombras atravesando las callejuelas. Va hacia lo inconmensurable de la naturaleza en su expresión más viva y abundante aún en medio del concreto y los semáforos. Narra historias. Los personajes son hijos de las sociedades utópics, van a lo ambiguo del sueñi, se confunden, explotan y nunca se contienen, se vuelven locos. Reptan por los muros de las ciudades, recolectan nostalgias sudorosas, liberan sus manos y se inyectan la vida por las venas cada mañana.