Las flores del mal

El sol está cubierto de un crespón. Como él, oh, luna de mi vida, envuélvete en la sombra; duerme o fuma, a tu gusto; tu luz pálida en sombra y húndete en el abismo del Hastió cruel. !Te amo asi! Sin embargo, si así lo quieres hoy, como un astro eclipsado nacido en la pennumbra, álzate en los lugares que la Locura encumbra, !está bien! !El puñal a desenvainar voy! Enciende tus pupilas en la luz de los gases, aviva los deseos en las gentes ignaras; !todo lo tuyo adoro, mórbido o petulate! Sé lo que quieras, noche negra o roja aurora; no hay una solo fibra de mi cuerpo tremante que no pueda decirte Belcebú, que te adora.