Fue una mujer cuya presencia resultó trascendental para la historia del arte mexicano, así como la expresión de su judaísmo arraigado desde su infancia. La autora logra penetrar en el ser y la conciencia de la gran escritora y periodista Anita Brenner, a través de sus documentos personales como cartas, diarios y memorias, en cuyas letras se vislumbra la visión que tuvo de México a lo largo de su vida.