¿Qué es más importante: la estrategia o su implementación? Inútil pregunta: no sirve ni una mala estrategia, por bien que esté implementada, ni la tan común buena estrategia mal implementada. Es a ese segundo caso que está dedicado El Presupuesto Sistémico. Se basa en la cantidad de emprendimientos y pequeñas o medianas empresas que, tras una buena idea, fracasan al implementarla. De inicio, nos sorprende con una aseveración: ¡las estrategias no se implementan al nivel del Plan Estratégico! Recién se concretan al incluirlos en un presupuesto anual, que incorpore al funcionamiento habitual las innovaciones y los cambios. O sea: no el presupuesto a la antigua, con normas burocráticas y metas rígidas, ni la simple planilla Excel llena de números, sino un Plan Operativo en el cual todo esté relacionado, basado en sólidas estrategias de implementación de las estrategias. Solamente así podrá el emprendedor o pequeño empresario verificar (antes de acometerlos) que sus planes no son imposibles de cumplir. De igual modo, podrán los socios fundadores ir desligándose del día a día, entregándole a los operadores un plan que, al menos en principio, sea comercial, administrativa, ética y financieramente viable.