Hace poco más de 35 años confronté mi primera experiencia con el concepto de vasculitis. Reconozco y acepto mi más completa y absoluta ignorancia de lo que este término significaba. De ahí surgió mi fascinación por lo que ahora podemos ser capaces de reconocer, identificar, diferenciar y tratar cuando estas manifestaciones clínicas ocurren en un importante grupo de pacientes que seguimos incluyendo como un conjunto de padecimientos cuyo denominador común es el daño vascular. El concepto inicial de Kussmaul y Maier (1866) de relacionar la infestación por triquina con la poliarteritis nodosa quedó en el olvido por los mismos autores cuando, a poco menos de un año después de su descripción original, ellos mismos hicieron la descripción del padecimiento que ahora reconocemos como poliarteritis nodosa clásica, cuyos conceptos siguen siendo vigentes hasta el momento actual. Sin embargo, tuvieron que transcurrir un poco más de 80 años para que la Dra. Peral M. Zeek, en 1952, intentara poner un orden con respecto a las similitudes y diferencias de los distintos padecimientos capaces de causar inflamación y daño agudo o crónico en el sistema vascular. Es aquí cuando regreso al inicio de este prólogo. En ese momento de mi vida sabía poco o nada de Donato Alarcón Segovia; sin embargo, cuán grande fue mi sorpresa al revisar la literatura y saber que un mexicano, Donato, quien ya trabajaba en Nutrición, cuando estaba por terminar su residencia en reumatología en la Clínica Mayo, había intentado por vez primera clasificar las distintas formas de vasculitis en un artículo clásico publicado en Mayo Clinic Proccedings en 1964, mismo que, desafortunadamente, ha quedado en el olvido, ya que Medline y otros sistemas de consulta electrónicos tienen menos memoria que el ser humano. No tengo la menor duda, y es más, me atrevo a incluir aquí a los autores de este texto, que Donato Alarcón Segovia fue un pionero e innovador en el mundo entero sobre distintos aspectos de las vasculitis, como son su clasificación, patogenia y entendimiento clínico terapéutico, conceptos que día con día tanto internistas como reumatólogos utilizan como fuente de información para el estudio de sus pacientes y representan un motivo de inspiración para el desarrollo de nuevos conocimientos sobre este apasionante tema de la medicina. Durante los últimos 10 a 15 años hemos sido testigos del extraordinario desarrollo en el conocimiento del proceso inflamatorio vascular; de los diversos mecanismos de amplificación y perpetuación del mismo daño, así como de los elementos que, en un intento de restituir o reparar el proceso inicial, contribuyen a la irreversibilidad del mismo. No cabe duda de que este siglo será testigo, a mediano plazo, de modificaciones importantes en nuestro entendimiento, conocimiento y tratamiento de estos síndromes o padecimientos, primordialmente a través del impulso generado por el desarrollo de la biologíamolecular y genómica. Todos aquellos interesados en el conocimientos de las vasculitis, perivasculitis y/o vasculopatías encontrarán en esta obra los aspectos más interesantes, completos y actualizados sobre ellos. Donato, de manera directa para quienes tuvimos el privilegio de estar a tu lado, aprendiendo día con día de tus experiencias e inquietudes, estimulados por tu cuestionamiento sobre la verdad del conocimiento, nos sentimos orgullosos de esta obra dedica a tu memoria. Todos y cada uno de los hispanoparlantes que, independientemente de su origen y sitio de trabajo, contribuyen en el texto, son directa o indirectamente productos de tu ejemplo e influencia. Te nos fuiste en forma temprana e inoportuna, pero tus enseñanzas, inquietudes y cuestionamiento del conocimiento prevalecerán en quienes fuimos tus alumnos, maestros de nuestros alumnos y alumnos de nuestros alumnos.