El cambio en el clima ya no se debe a causas naturales, como han sido las variaciones de la órbita terrestre alrededor del Sol, las fluctuaciones en la actividad solar, o las erupciones volcánicas, sino a los impactos ambientales que hemos causado los seres humanos a la naturaleza, por el desarrollo y preferencias de vida que mantenemos, como los consumos desmedidos, la manera de alimentarnos, la cantidad de residuos sólidos que producimos, entre otras actividades.