El título de esta novela puede hacernos pensar en toda aquella genealogía de poetas del mal: Rimbaud, Verlaine, Baudelaire. Todos ellos tienen mucho que ver con la novela de José Luis, en la medida que hicieron novela o poesía de confesión, de testimonio, procurando, tal vez, ser más incisivos en los pecados que en las virtudes.