Armando Silva, director de la colección sobre ciudades imaginadas, se propuso —en esta, su primera novela—descifrar una de las primeras ficciones transgénero donde el actor pierde la certeza del sexo, y su búsqueda angustiosa se convierte en una trama policíaca que persigue por ciudades icónicas, sagradas o cosmopolitas, como si se tratase de un botín o un secreto que se puede encontrar y recuperar.