Al igual que La vida de las abejas, de la cual todas las afirmaciones que se han hecho han sido reconocidas como exactas por los especialistas, La vida de las termitas no es una biografía novelesca, tan de moda en estos momentos. He permanecido fiel al principio que me ha guiado en la obra precedente, que ha consistido en no ceder jamás a la tentación de añadir a lo maravilloso real un maravilloso imaginado.