Al hacer un recorrido por la que fue su casa de infancia, Caridad trae a la memoria aromas, sabores y circunstancias que conforman sus recuerdos. No sólo los espacios cobran vida, también lo hacen las personas amadas, personajes que juegan un papel importante en su vida y que, de alguna manera, marcaron su destino. La memoria también la enfrenta a sentimientos que había hecho a un lado: el rechazo, las traiciones, la incomprensión, el engaño no absuelto, la no pertenencia, saberse distinta en una sociedad que señala y no perdona. Poco a poco, Caridad Hasan se reconcilia con el pasado y rescata los recuerdos de una niñez venturosa. Sabe que es el adiós definitivo a esa morada que le fue y le será siempre tan entrañable.