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Me cayó el veinte. Revista de psicoanálisis no. 15

$ 507 MXN


Autor: Marcos-Turnbull, Rodolfo
Mejía Reiss, Pola
Rangel Hinojosa, Lucia
López Llera Yamanaka, Luana
ISBN: 3847028194819
Edición: 1
Sello: Me cayó el veinte
Colección: Revista
Código: 3847028194819
Editorial: Me cayó el veinte

Dice Oscar Wilde en El crítico como artista que la única obligación que le debemos a la historia es la de reescribirla. Es parte de su aproximación, siempre punzante, a lo establecido; pero es también una verdad: ¿cómo podríamos no hacer caso del apotegma cuando nos enfrentamos día a día con que aquello que habíamos aceptado como una verdad histórica tiene sus salvedades? Lacan siguió en esa ruta, desde luego, haciendo de él un wildeano sin saberlo, de la misma manera que Wilde, en más de un sentido, fue un lacaniano avant la lettre. Hace algún tiempo, y para poner a prueba tal sentencia, así como algunas otras, se llevó a cabo en París, organizado por la école lacanienne de psychanalyse, el coloquio La psychanalyse, malade de lhistoire (El psicoanálisis, enfermo de historia). Y claro, ese apego a la historia, quizá con la falsa idea de que ahí se debate el devenir del sujeto, queda en entredicho. Incluimos en este número, pues, algunas exposiciones que se realizaron en esa actividad junto con otros trabajos que, por su amplitud, variedad y complejidad, nos ayudan a ubicar de otra manera las historias que nos contamos. Continuando con nuestra serie de cuatro TEXTOS DE me cayó el veinte sobre Sócrates, ofrecemos a nuestros lectores un clásico del tema. El inencontrable, Sócrates: su medio, su persona su pensamiento del abad A. J. Festugière, y que es una referencia obligada de los helenistas. Es un texto que intenta desmitificar a Sócrates al mismo tiempo que lo presenta en una dimensión, digamos, más humana. Como es habitual en me cayó el veinte, nos complace presentar a nuestros lectores la obra de una joven artista mexicana: Alejandra Contreras Estopier, becaria del Fonca, que nos ha permitido reproducir Vértigo primigenio, óleo sobre tela montada en madera, 2006, 120 x 120 cm. Como siempre, nuestro más profundo agradecimiento por permitirnos agregarla a la ya considerable galería de obras que enmarcan nuestra revista.